lunes, 12 de julio de 2010

Diario de una Victoria Mundial: Capitulo 32

ESPAÑA CAMPEONA MUNDIAL DE FUTBOL. Se supone que después de tantos días escribiendo del mundial en este Diario de una Victoria Mundial, deberían brotarme las ideas, los pensamientos y las sensaciones sobre una victoria tan merecida como deseada, para poderlos expresar en estas líneas. Pues no, son tantas las sensaciones y tan diversas…
Cierro los ojos y veo a Iniesta golpeando el balón y siento la fuerza de más de 42 millones de almas empujando para que el balón entrara en la portería holandesa. Porque Iniesta puede representar al Español medio que solo aspira a hacer su trabajo bien, lo mejor que sabe y que lo dejen en paz. No busca el protagonismo, trabaja en aras a que el grupo consiga los objetivos, es generoso en el esfuerzo, nunca emplea malas formas pero no deja que nadie que le quiera pasar por encima así porque sí.
Andrés representa a los millones de ciudadanos españoles anónimos que son como él, de origen humilde, hijo y nieto de trabajadores, que nadie le ha regalado nada, que lo que tiene lo ha tenido que ganar con el esfuerzo y con el trabajo. Solo existe una diferencia, el resto de anónimos no marcarán quizá nunca el gol de sus vidas, se conforman con regatear los problemas cotidianos, defenderse de los despidos, atacar la hipoteca mensual y driblar los sinsabores de la vida…viviendo sus vidas en paz. Pero hoy 11 de julio 2.010 todos somos más felices.
Nuestro equipo es como nuestro país. Cada uno es como es y cada uno aporta lo que debe aportar. Hablar ahora que jugador aporta más o menos, cual tiene mayor o menor peso específico en el éxito, no tiene mucho sentido. Solo una mención a Vicente Del Bosque. Si alguien previamente a nombrar seleccionador hubiera tenido que hacer un perfil solo el profesional adecuado para esta obra de ingeniería deportivo-fisico-psicologico-social, seguro que se habría dejado algún requisito fundamental de los que puede aportar nuestro entrenador.
Hoy tengo que se parco en palabras. Además, no me apetece soltar discursos patrióticos ni efusivos. Solo quiero soñar despierto, incluso cuando escribo estas líneas todavía me vienen las imágenes del partido final y de la celebración en el campo.
Como en muchas cosas de la vida, las palabras no sirven para mejorar, así que abramos los ojos, dejemos de soñar, la victoria es una realidad, y mañana: A TRABAJAR.
Sudáfrica a domingo 11 de julio de 2.010.