Lunes de resaca deportiva. Todos los diarios deportivos del mundo abren en portada con la victoria de Rafa Nadal en Wimbledon. Nos estamos acostumbrando mal en un país que se pasa de héroe a villanos en unos minutos. Espero que los aficionados sepamos valorar lo que Nadal está dando a nuestro deporte.
Hemos podido ver una segunda etapa del Tour algo accidentada. Este Tour comienza con demasiadas caídas, ¿demasiado nerviosismo en el pelotón? Se abre un debate sobre si se debe esperar o no a los que se caen cuando es una caída masiva. Se habla de adulteración de la competición por pactos de no agresión entre determinados equipos potentes del pelotón. Polémica entre los aficionados españoles porque muchos pensamos que si le hubiera ocurrido a Contador (lo de la caída) el pelotón hubiera tirado a tope en vez de esperarle…
Tengo que reconocer que ese debate ahora no me interesa mucho. Tengo todos mis pensamientos en el partido de semifinales. Pero si me gustaría dejar en el aire una reflexión: ¿Qué oscuros intereses se mueven en el deporte del ciclismo para que siempre este salpicado de polémicas y actuaciones deportivamente cuestionables? ¿Por qué se permite que le hagan tanto daño a un deporte tan especial? Tiene merito que un chaval como Contador, no solo sobreviva en este deporte cuasimafioso, sino que además triunfe.
Echo una mirada a los nuestros y solo un pensamiento: nunca se dieron tanto condicionantes a favor para que nuestra selección pudiera ganar un mundial. Parece que llegamos a esos momentos de la historia en los que parece que ahora o nunca.
Sudáfrica a lunes 5 de julio de 2.010.
