sábado, 10 de julio de 2010

Diario de una Victoria Mundial: Capitulo 30

Otro día sin futbol. Bueno, perdón, otro día sin partido de futbol, porque ¿se habla de otra cosa que no sea de futbol y de la final del próximo domingo? Algún desconocedor del deporte rey podría estos días lo que se dice que buscaban con emperadores romanos con el “pan y circo” para tener al pueblo como atontado mientras el emperador se ocupaba de los asuntos públicos a su antojo.
El “pan y circo” de los romanos tuvo después su repetición en los años de la dictadura franquista, cuando se hablaba que los estrategas del Caudillo Generalísimo de los Ejércitos, hicieron del Madrid el equipo de todos los españoles ganando Copas de Europa como si nada; así conseguían tener al pueblo dormido esta vez con el “trabajo y futbol”.
Algún aspirante a intelectual, durante estos días comentaba que parecía increíble con los problemas que tiene el mundo con la crisis, y este país en particular, como podíamos estar la mayoría tan abducidos por el mundial y en concreto con nuestra selección.
¿Qué tiene de malo que nos olvidemos de la crisis por unos días? ¿Quizá nuestra preocupación personal mejorará la situación general? ¿Puede pensar alguien que cualquier gobierno puede capitalizar la victoria de su selección? Por favor, tonterías las justas (Florentino Fernández que bueno eres).
Lo de la trascendencia de la imagen de nuestro país en el exterior del mundo globalizado, en cuanto a la imagen de nuestra selección es indudable. Ya lo he escrito en otras veces, la imagen de éxito de nuestros deportistas en el mundo, son la imagen del éxito de una sociedad y de un país. Ojalá se aplicara en la política general de nuestro país el mismo espíritu de estos días con nuestra selección de futbol. Los españoles somos de la selección española y no queremos que pierda porque no juega nuestro jugador favorito o porque no ha sido convocado por el seleccionador ningún jugador de nuestro equipo.
Afortunadamente, cuando hablamos de nuestra selección de futbol, la política de “cuanto peor, mejor”, no tendría éxito. Recuerdo la época nefasta del seleccionador Clemente. Cuando estaba enfrentado con medio país o ese medio país no soportaba esa chulería suya tan poco particular, pocos podían desear la derrota de “nuestra” selección a pesar de su impresentable seleccionador.
Mañana vuelve el futbol. Bueno, por llamarlo de alguna manera. Siempre opiné que la final de consolación es el mayor castigo que se les puede dar a los equipos que con la derrota no han podido alcanzar la final. Imagen ustedes que al equipo que se le considerará cuatro mejor del mundo se irá a casa perdiendo los dos últimos partidos disputados. Existen otros, que llegan de decir la estupidez que si vas a perder la final, mejor irte de la competición como tercero con las mieles de la victoria en los labios. Habrá que ser idiota. En fin, eliminaría de todos los deportes el partido de la final de consolación. Solo haría una excepción: como en los juegos olímpicos la tradición histórica es premiar a los tres primeros con las medallas de oro, plata y bronce; así si tendría sentido las finales de consolación porque se convertirían en el partido por la medalla de bronce.
Me asusta tanta unanimidad en los medios sobre la condición de favorito para España. Creo que tenemos que manejar bien esta situación en la cabeza de nuestros jugadores. Creo que Vicente del Bosque sabrá cómo gestionar esta situación con el grupo, pero no puedo dejar de preocuparme.
Lo digo con anticipación y me mojo. A un solo partido puede suceder cualquier cosa. En el deporte, y en el futbol no es diferente, lo normal es que gane el mejor. Después, cuando se disputa el partido ya no vale quién sea mejor, sino quien se muestre mejor; es decir, lo normal es que gane el que juega mejor. Pero lo grandeza del deporte es que incluso siendo mejor y jugando mejor, el contrario te puede vencer y eso suelo ocurrir.
En cuanto a lo de mojarme, me refiero a que a pesar del resultado final, seamos campeones del mundo o no, yo pienso que esta es nuestra mejor selección de nuestra historia, y esa ya merece este reconocimiento, después la incomprensible justicia del dios deporte dictará sentencia.
Sudáfrica a viernes 9 de julio de 2.010.