Un domingo deportivo sin futbol mundialista. En Montmeló, se celebra el Gran Premio de Cataluña de motociclismo. En la categoría de 125 Marc Márquez ganó con cierta facilidad y se pone primero en el mundial. En Moto2 ganó Takahashi, subiendo al pódium como tercer clasificado Simón. Jorge Lorenzo vuelve a ganar en MotoGP sin tener apenas rival.
El plato deportivo fuerte del día estaba por llegar: Comenzó la final masculina individual de Wimbledon. Rafa Nadal gana en tres set al checo Berdych. Faltan los adjetivos para describir las cualidades de nuestro tenista, pero me gustaría destacar su humildad y el respeto hacia el rival. Creo que son los cimientos donde se sustenta su éxito.
Partiendo de estas dos características, empieza a construirse el gran jugador que es y puede ser, porque si los entendidos hablan de algún área de mejora, va él y la trabaja. Este año, por ejemplo ha mejorado su saque. Después sabe cómo jugar los puntos importantes de cada juego, el juego importante de cada set, y por supuesto el set importante de cada partido. Lleva la competición en sus venas.
Imagino a nuestros seleccionados ante la televisión viendo el partido de Nadal, pesando para sus adentros pequeñas tretas que después pueden aplicar en el campo de futbol. Como mantiene la calma en todo momento, como no se va nunca del partido manteniendo la concentración, como no concede ninguna facilidad al contrario, como juega cada bola como si fuera la definitiva...y cuando levantaba la copa de vencedor de Wimbledon, algún que otro seleccionado sin cerrar los ojos le puso cara de Casillas al cuerpo de Nadal y la pista central de Wimbledon se convirtió en el escenario de la final de la copa mundial de futbol. Soñar es gratis, y si es despiertos, un gusto.
Sudáfrica a domingo 4 de julio de 2.010.
